La diferencia entre educación emocional y bienestar emocional reside en el empleo de las emociones positivas para aumentar la sensación de bienestar. El bienestar emocional podemos asociarlo, aunque con una distancia prudencial a la deseada felicidad.
Las emociones positivas nos ayudan a ampliar nuestra mente, nuestra visión y construyen recursos personales.
Las personas expertas como Fredrickson y Seligman nos dicen que es importante no solo sentir más emociones positivas, sino obtener más ampliamente los beneficios de estas emociones agradables.
Con positivas o negativas, cabe decir, nos referimos a la sensación agradable o desagradable que se siente en el cuerpo y no a la connotación de que sean buenas o malas. Todas las emociones son necesarias y válidas.
Barbara Fredrickson, referente en psicología positiva, ha estudiado cuáles son las emociones que más puntúan en la felicidad.
La felicidad es un término parecido a cómo de satisfechos estamos con la vida o conjunto de momentos con emociones positivas. La felicidad, pues, no es una emoción positiva, es un constructo mucho más elevado y que tiene relación con la plenitud, la paz y la satisfacción vital. Para alcanzarla, nos ayudan estas diez emociones.
Las 10 emociones positivas que puntúan en la felicidad:
- Agradecimiento
- Amor
- Asombro
- Alegría
- Inspiración
- Motivación/interés
- Orgullo
- Diversión
- Esperanza
- Serenidad
Directora del Laboratorio de las Emociones Positivas y Psicofisiología en University of North Carolina.
Las emociones positivas son reacciones concretas y pasajeras a experiencias que vivimos, y las experimentamos en mayor proporción que las negativas, así que es necesario compensar el sesgo negativo que usa el cerebro como una manera de enfocarse en la supervivencia. Así que es un entrenamiento y una decisión. El foco debe estar en generarte pequeñas emociones positivas del día a día, no en la felicidad en general.
Existen estudios que demuestran la correlación en expresar más emociones positivas y vivir más años. A veces hasta 10 años más.
- A más emociones positivas, mayor construcción de recursos y mayor satisfacción vital, esto es, más felicidad.
- Una cultura de compartir, celebrar las emociones, es mejor que una cultura enfocada en los logros, productividad y resultados, que nos separa de las emociones positivas.
- La psicología positiva trata de entender el potencial humano, mirar lo que vale la pena vivir en la vida; cómo es una persona sana.
- Las personas que incrementan su dieta de emociones positivas:
1- Encuentran más sentido y propósito en su vida
2- Reciben más apoyo social o lo notan más.
3- Tienen menos dolores o síntomas.
4- Conciencia de atención plena en el momento presente.
5- Aumentan las relaciones positivas con los demás.
6- Más efectivos en lo que hacen.
7- Más capaces de saborear las cosas buenas de la vida.
8- Ven más soluciones posibles a los problemas.
9- Duermen mejor.
Para concluir, no se trata de hacer que una persona se sienta siempre bien o menospreciar las emociones negativas, sino de aprovechar todos los beneficios estudiados que nos dan la alegría, el amor, el agradecimiento, etc, para sentir mayor felicidad. Las emociones positivas, con el tiempo, cambian, literalmente, quienes somos.
¿Quieres saber cómo acompañar a los niños y niñas a desarrollar estas emociones positivas?